Durante esta última década han ido apareciendo nuevas mejoras en cuanto al hardware de almacenamiento para nuestros datos y frente a tal cantidad de avances han aparecido nuevas dudas sobre qué discos duros o unidades de almacenamiento que necesitamos en el desempeño de nuestras actividades del día a día.
Antes que nada tenemos que diferenciar estos tipos de almacenamiento y conocer un poco sus diferencias.
HDD o Hard Drive Disk
Estos son los discos mecánicos de toda la vida, los más lentos ya que la velocidad de transferencia de datos suele ser de 80-160 MB/s y a la vez también son los más frágiles.
Su funcionamiento mecánico, el cual está basado en un cabezal que lee la información de unos discos magnéticos que lleva en su interior, que con movimientos bruscos es más probable que acabe fallando, aunque con un buen cuidado pueden ser los más duraderos.
En cuanto a su precio podríamos decir que son los discos duros más económicos viendo el precio que tienen por Terabyte de almacenamiento.
SSD o Solid State Drive
Las unidades SSD nacieron en 1995 pero no fue hasta 2007 que salieron al mercado para particulares.
Las velocidades de estas superan con creces a los anteriores HDD suponiendo una mejor brutal, estaríamos hablando de velocidades que van desde los 150 MB/s hasta los 600 MB/s.
Mucho menos frágiles a la hora de transportarlos ya que carecen del mecanismo de los anteriores mencionados HDD.
Una desventaja de estos discos es el desgaste por celda de almacenamiento de la memoria SSD, es decir, se va desgastando después de cada escritura o borrado de datos en esa celda, aunque con un uso normal no debería de preocuparte.
La durabilidad de estos discos se calcula mediante los Tbs escritos (TBW) y cada fabricante nos especificara cual es aproximadamente el número de escrituras, mediante esos datos se puede calcular cuanto va a durar aproximadamente una unidad SSD.
En cuanto al precio, suelen tener un precio más elevado que los HDD pero cada día que pasa esta brecha está disminuyendo.
M.2 o SSD de factor de forma M.2
Las unidades SSD M.2 son las más modernas, que no son otra cosa que las anteriores unidades SSD con un factor de forma específica y con una conexión diferente en la placa de nuestro equipo.
Aunque M.2 no sea más que la forma que tienen, hay que diferenciar dos tipos por su protocolo de transferencia de datos SATA y NVMe.
Los M.2 con el protocolo SATA tienen la misma velocidad de transferencia que las memorias SSD anteriormente detalladas de un máximo de 600MB/s.
En cambio los M.2 NVMe (Non-Volatile Memory Express), como su nombre indica, son más rápidos gracias a este protocolo, estaríamos hablando de una velocidad de hasta 3.500 MB/s por lo que se recomiendan para uso profesional ya que son muy útiles para la transferencia de archivos de gran tamaño.
Las desventajas de estas memorias NVMe sigue siendo el desgaste de las celdas de la memoria y en este caso el precio a pagar por la velocidad que ofrecen.
Después de exponer las diferencias de estos dispositivos de almacenamiento, desde Road and Blanket, esperamos que podáis identificar cuales son los dispositivos que se os ajustan más a vuestro uso habitual.